Me jode que me dejen de garpe, o que me hagan esperar. Soy impaciente, lo reconozco, pero el abuso de la paciencia no lo tolero. Un retraso de hasta no más de diez minutos lo acepto (hasta por ahí no más), pasados los 20 me voy.
Quedé en encontrarme con una idiota en la Plaza Italia a las 18:15. Pasaron 15 minutos y nada, seguí fumando y mirando las baldosas. Esperé un rato más y me fui a la mierda, puteándola mentalmente.
A la noche la llamé, y fue algo así nuestra conversación:
- Hola Yoyi! ¿Cómo andas?
- Bien che. ¿Qué te paso hoy que no fuiste? Te esperé un rato…
- ¡No me digas que no te llegó mi mensaje!
- No, no llego.
- ¡Uh que cagada! Te lo mandé a las 18 para decirte que no iba a ir, porque estaba con “el” Marcos (el novio de turno que tiene ahora).
- ¡Qué raro!... Mi celular anda bien.
- ¡Pero viste que el mío siempre anda para la mierda!
- Si, puede ser…
- Bueno, ¿nos juntamos mañana?
- No puedo, en la semana te llamo.
- Dale, hagamos algo el fin de semana.
- Dale. Besos.
- Besos.
Obviamente que no la voy a llamar. ¿Por qué es necesario mentir en tal magnitud? ¿No sabe que esa excusa está más que usada, y que ya sabemos que es mentira? ¿Por qué no me dice que se olvidó, qué no tenía ganas, o lo que sea?
Lo único que rescato es que parece que las drogas que tomo para dormir, logran contener mi ira.
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